6/18/2010

Saramago

Me causan repulsión las expresiones grandilocuentes que se dan cuando muere un gran personaje, la gente se apuntan a expresar su dolor como si se tratase de su abuela o su primo, como si realmente les causara congoja y no fuera solo una pose efectista o un sentimiento legítimo de superficialidad.

Hoy la muerte de un gran personaje me provoca congoja, nunca dialogué con él aunque él si habló conmigo a través de sus magníficos libros y escritos, por ello su muerte me causa cierto desasosiego, sobre todo por la ausencia que dejan los textos que no escribió, las reflexiones que ya no hará.

La muerte de Saramago sorprende y es que uno suponía que su presencia sería permanente, en cierta forma lo es a través de sus personajes. Escritores como Saramago le dan dimensión individual al ser humano, más allá de las grandes muchedumbres en las que todo se replica por patrones, está la mente de algunos seres humanos que logran contarnos historias personales, locales e íntimas como si fueran nuestras, Saramago vinculó la sencillez de un campesino portugués con el hilo conductor de la narrativa humana, conectó las grandes historias como el Nuevo Testamento con la íntima historia de una persona. Así escribió Saramago y por eso hoy su muerte me causa cierto desasosiego.