2009 ha comenzado, la crisis económica global marcará este año y los subsecuentes. Los gobiernos de todo el mundo jugarán un papel mucho más activo y existe el espacio para la generación de nuevos paradigmas ideológicos y políticos que no siempre serán positivos.
En los Estados Unidos Barack Obama muestra que su administración será muy pragmática, así lo demuestran su ratificación del secretario de la defensa, la nominación de Hillary Clinton a la Secretaria de Estado y el silencio con respecto a la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza.
El impacto de la recesión global puede tener un impacto político significativo en China en donde se incrementará la presión sobre el gobierno cuyo ascenso como megapotencia se recarga en un crecimiento económico superior al 10 por ciento anual que al menos en 2009 y 2010 no será posible.
Pakistán es otro de los países al que habrá que poner atención debido a que se agudizará la fragilidad del estado frente al fortalecimiento de grupos del integrismo islámico y vinculados a los talibanes.
En 2009 Irán promete ser una fuente de tensión permanente dado el desarrollo de su programa nuclear y de darse un antagonismo con respecto a la comunidad internacional se beneficiará el sector más conservador.
La invasión de la Franja de Gaza por parte de Israel amenaza con mantener la polarización con el mundo árabe aunque hasta ahora la reacción de los gobiernos de los países de la región ha sido tímida.
En Europa la crisis económica agudizará los sentimientos xenófobos y planteará retos a la coordinación de la Unión en materia de política económica.
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