6/30/2009

Voto nulo

Las elecciones intermedias en México se encuentran a punto de ser celebradas y las encuestas y proyecciones indican que habrá una gran abstención. En estos últimos meses y semanas se han discutido las razones del desencanto ciudadano y de los llamados de intelectuales a anular el voto. Los análisis que se hacen se puede dividir en tres: en primer lugar están las opiniones que emanan de los politólogos o personas que creen que lo son y que por razones concretas dicen que el voto nulo, beneficia a los partidos grandes o con ciertas variaciones a los partidos chicos, muchos de ellos argumentan que se trata de escoger al mal menor.

Un segundo bloque de opiniones viene de los sospechosistas que ven en las opiniones del voto nulo o el abstencionismo una manipulación de uno u otro partido, hay quien lo atribuye a los desencantados con el Peje, hay quien lo atribuye al PRI.

Hay un tercer bloque de opiniones que considera que se trata de una actitud inocente e infantil y que deja a los ciudadanos al margen de la ley y del proceso de democrático.

Las tres opiniones tienden a subestimar a la ciudadanía debido a que en pocos análisis consideran que el malestar pudo haber nacido de una iniciativa legítima. Los sospechosistas no dicen que de todas formas el resultado será similar debido a que con o sin el voto, los plurinominales y muchos otros candidatos se harán de una curul.

Lo cierto es que la clase política mexicana reprueba frente a los estándares internacionales. El día de ayer el Banco Mundial publicó la clasificación global de gobernanza y combate a la corrupción que toma en cuenta distintos aspectos. En los últimos 10 años México no ha progresado lo que es en buena medida responsabilidad de la clase política y del estado en su contexto amplio de los tres poderes y los tres órdenes de gobierno. En el documento de competitividad de México publicado por el Foro Económico Global se arrojan los mismos resultados. Por si hubiera dudas además de que la ciudadanía reprueba al gobierno los análisis internacionales también lo hacen. Por extraño que parezca, es la propia clase política la que en su conjunto se margina del proceso de democrático poniéndolo en peligro.

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