10/10/2016

Vuelo

Sábado a medio día en el despegue de “La Torre” en Valle de Bravo viendo como avanza el viento a la mitad del lago y esperando a que entre de lleno a la montaña para emprender el vuelo. Finalmente después de varios minutos Vanessa despegó mientras llegaban las camionetas llenas de parapentes listos para volar, poco después un alumno primerizo despega y las corrientes ascendentes lo elevan muy alto, seguro a él la experiencia lo debe haber asustado un poco. Alisto mi vela y soy el tercero o cuarto en despegar y desde un principio gano algo de altura que después pierdo al despegarme de la montaña, vía radio mi instructor me recomienda pegarme a la montaña nuevamente lo que me hace ganar altura nuevamente y me permite comenzar una terma con instrucciones de mi instructor. Realice varios giros, a eso del tercer giro observo que voy hacia la parte de atrás de la montaña lo que me hizo cerrar el giro aún más para tratar de dar una inverosímil vuelta casi en “u”. Mi vela estuvo de acuerdo en que el giro era inverosímil y se colapsó, el jalón que me dio, me hizo voltear a verla y la vi ya colapsada. Enseguida comencé a caer girando, escuché que me decían que alzara las manos así que lo hice esperando a que se recuperara el ala, según me cuenta la ala abatió lo que me hizo frenarla nuevamente manteniendo el colapso. Lo siguiente que escuché fue que aventara el paracaídas de reserva, nunca encontré el maneral, recuerdo que vi pasar un árbol y tuve la esperanza de que mi vela se atorara en él y después el suelo acercándose a gran velocidad, luego una roca acercándose a mi cabeza, paaaf, un golpe, y luego sangre. Me toqué la nariz y vi que por lo menos seguía en su lugar, me quité el casco y apreté el botón para hablar por el radio y avisar que estaba bien. Lo primero que pensé es que no vi mi vida pasar, solo las reacciones instintivas para sobrevivir, no hubo romanticismo ni momentos de reflexión, solo la sucesión implacable de eventos y una sucesión de reacciones para sobrevivir. Según parece la muerte es un hecho más, nada dramático, nada terrorífico o con aflicción.
La ayuda no tardó en llegar, el tobillo me dolía un poco y comencé a subir y a pensar en las implicaciones que esto tendría para mi trabajo. Me preguntaron si pedíamos una ambulancia y pensé y contesté que no era necesario, mientras que con mi playera comencé a limpiar la sangre y a subir la montaña para ir nuevamente al despegue. Por mi mente también atravesó el pensamiento de lo agradable y útil que es vivir en sociedad. Usualmente me gusta realizar este tipo de experiencias solo, como cuando voy a las montañas solo, en este caso fue muy agradable tener a cinco o seis ayudándome.
Ya arriba, hablé con Vanessa me novia para decirle de viva voz que estaba bien. Me preguntaron si me bajaba volando, hice una leve carrera para probar mi tobillo, no me caí, así que la conclusión fue bajar volando. Llegué al despegue nuevamente, vi algunos turistas, supongo que mi estampa en ese momento no era lo más alentador para alguien que iba a hacer su primer vuelo, aunque fuera en tandem.
Hice dos intentos sin éxito, para levantar mi vela, al tercero la levanté aunque con dudas porque escuché instrucciones cruzadas de frenar y correr, como no pude frenar corrí y salí de frente a un árbol, los gritos ¡¡¡izquierda!!! ¡¡¡izquierda!!! No se hicieron esperar y esquivé el árbol, la situación tuvo algo de ridículo. Ya en el aire me acomodé pero sabía que no estaba al 100 por ciento, en algún momento supe que no iba a morir en parapente, pero una vez más tuve la certidumbre de que algún día sería cadáver y pensé que no sería tan malo. Pensé que el día estaba excelente y que era una lástima que ese día no iba a poder volar más, hice la aproximación relativamente bien, y al final con instrucciones no frene lo suficiente y acuaticé, salvé la Blackberry y varios vinieron a ayudarme, dicen que estaba en shock, creo que tenían razón. De ahí a la Cruz Roja pero deduje que quedaría como un Franquinstein así que buscamos a un dr particular que gracias a Edson y Cano me recibió y coció, tal parece que con resultado afortunado,, aunque habrá que ver.
Lo siguiente fue reposar un poco y querer volar lo antes posible. En general soy muy afortunado y ya me gasté una vida más.

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