Se busca presidente

Estamos a un mes de las elecciones y el desasosiego parece haberse apoderado de muchas personas que no encuentran en ninguno de los candidatos una opción que les agrade.
¿Cómo elegir al siguiente presidente?, ¿por las promesas de campaña?, ¿por lo que dicen sus enemigos? ¿porqué nos cae bien?.
La próxima elección es como una contratación, de hecho es la contratación más importante del país y además es por seis años. Lo primero que tenemos que hacer cuando contratamos a alguien es una descripción del puesto. ¿Qué necesita hacer el siguiente presidente de México? ¿Cuál es la tarea fundamental?.
Una vez teniendo esta pregunta hay que priorizar los problemas. El principal problema de México es generar y distribuir la riqueza. Contrario a lo que mucha gente pueda pensar nuestro país es rico pero está muy mal administrado.
Para mejorar la administración se necesita hacer un diagnóstico, luego tener una propuesta y lo más difícil convencer a los demás de que el diagnóstico y la solución que se propone es la mejor. Este último paso es el más importante porque podemos desarrollar el mejor diagnóstico y la mejor solución pero si no convencemos a nadie, no va a suceder absolutamente nada.
Para lograr convencer hay que escuchar al otro, cambiar en caso de que tenga razón, negociar y sobre todo lograr un consenso. Ese fue precisamente el gran tema pendiente de este sexenio.
La tarea más importante del próximo presidente de México será negociar y lograr consensos debido a que el que se ponga la banda presidencial el 1° de diciembre no tendrá mayoría en el Congreso.
Así que sólo nos queda voltear a ver el historial de cada uno de los candidatos.
Andrés Manuel López Obrador no es un gran negociador, durante su gobierno en la Ciudad de México tuvo mayoría en la Asamblea Legislativa por lo que no tuvo que lograr consensos. Cuándo recibió críticas por fallas en cumplir con la ley de transparencia no respondió. Tampoco es muy bueno escuchando, después de la andanada de video escándalos lejos de proponer mecanismos para evitar que gente como su secretario de finanzas o quien fuera su secretario particular ocuparan puestos relevantes se limitó a decir que se trató de un complot.
Madrazo si logra consensos y si sabe negociar el problema es que no cumple por lo que no tiene legitimidad. Por ejemplo, Fox y los empresarios tenían un acuerdo con el para aprobar la reforma fiscal, de último momento no cumplió. Negoció con Elba Esther permitirle el liderazgo de la bancada en la Cámara de Diputados, tampoco cumplió.
Por último tenemos a Felipe Calderón quien fue coordinador de la bancada del PAN en la pasada legislatura en donde tuvo que negociar. Antes de eso negoció la reforma electoral en el 96. No es que Felipe tenga grandes dotes pero parece ser el más apto.
Hay que considerar que las promesas de campaña usualmente no se cumplen, como dijera algún político: “se hace poesía en campaña y se gobierna en prosa”.
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