3/19/2008

Alemania






Continuo con lo del viaje a Alemania. De Ingolstadt me fui a Munich en tren, una de las cosas que asaltó mi mente de manera constante a lo largo del viaje por Alemania fue el nazismo. Al observar el paisaje no podía dejar de pensar en el genocidio en contra de los judíos, la realidad presente no conectaba con las escenas tantas veces reconstruidas en películas y libros. Me cuesta mucho asumir como un pueblo pudo cometer tales atrocidades. Estando ahí queda claro que no pudieron haber ignorado por mucho tiempo cuando se llevaron a su vecinos y los encerraron en guettos, cuando los exterminaron en campos de concentración, el nazismo es algo que no puedo concebir más allá de las explicaciones históricas, supongo que me ocurriría lo mismo si voy a Rwanda, aunque en el caso de Alemania es más sorprendente ya que en ella se originaron algunas de las mejores mentes que ha visto la humanidad, Mozart de Salzburgo que durante mucho tiempo fue de Bavaria,, Kant, Hegel, Einstein, Marx, entre muchos otros. Pero si es sorprendente el nazismo es más sorprendente lo mucho que se ha avanzado, en estos días Angela Merkel la canciller alemana rompió un hito al dirigirse a los parlamentarios israelíes del Knesset en su propia cámara y en alemán. Evidentemente la canciller pidió perdón a los judíos, evidentemente el gesto está lleno de realpolitik y no hubo mención con respecto a los asentamientos israelíes en territorio palestino una de las peores vergüenzas que también muestra que el ser humano se resiste a aprender de su historia.

Munich fue una agradable sorpresa, encontré una ciudad de proporciones humanas, esperaba que sería una ciudad aséptica reconstruida al estilo de las urbes del Medio Oeste estadounidense. Munich es una ciudad en la que encuentras panaderías en cada esquina, en donde la gente se detiene a preguntarte si necesitas ayuda, esto ocurrió en al menos tres ocasiones , en esta ciudad se respira cultura en cada esquina y por cierto a diferencia de otras urbes grandes la miseria no se asoma.
También pude ir a Salzburgo, Austria, la ciudad en donde nació Mozart. Austria es menos opulenta que Alemania o incluso Francia aunque es muy entrañable, en el proceso de algunas horas te enamoras de la ciudad, esto me ha ocurrido pocas veces. Además Salzburgo me deja con la obligación de recorrer los Alpes.

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