4/18/2008

El mundo anda raro


El mundo anda raro, se me hace que nos encontramos en uno de esos episodios de la historia en donde los hechos no se encuentran bien definidos pero de manera sutil apuntan a las grandes corrientes que luego se escriben en los libros de historia.
Me explico, si le preguntáramos a alguien de 1908 que preveía para el siglo XX seguramente no advertiría la posibilidad de que el marxismo sustentaría a un estado que se convertiría en uno de los más poderosos de la tierra, tampoco advertiría que ese país agrícola de señores feudales se encontraría en la antípoda de otro estado que para esos años se perfilaba para ser otro de los motores del planeta. La persona en cuestión tampoco advertiría que tan sólo 6 años después comenzaría una guerra de proporciones nunca antes vistas. Alguien en 1908 vería con asombro el surgimiento alemán pero probablemente no advertiría que sería una de las causas de la primera y segunda guerra mundial y aunque el antisemitismo siempre estuvo presente en Europa sería difícil que el hipotético personaje de 1908 concibiera que un día se iba a exterminar a los judíos de Europa. Sería un exceso el pensar que alguien en 1908 imaginara que luego muchos de esos mismos judíos tendrían su tierra prometida a costa de guerras y del sojuzgamiento de otro pueblo.
Los avances tecnológicos a lo mejor harían pensar a esa persona que el futuro de la humanidad era luminoso, aunque difícilmente podría advertir las complejidades de la física que Einstein habría escrito dos años antes pero que se divulgaría ampliamente hasta la década del 30, mucho menos prevería la televisión y la consecuente sociedad de consumo.
Si la persona estuviera en México ya se habría dado la entrevista de Porfirio Díaz con Creelman y a lo mejor el análisis de esa persona se centraría en determinar quien sería el candidato del régimen más susceptible de suceder a Don Porfirio, difícilmente se podría prever el ascenso y caída de Madero y diez años de guerra civil con la muerte del 10 por ciento de la población del país.
Por eso digo que el mundo anda raro, seguimos con la inercia del siglo XX pero las líneas del XXI se van perfilando. Sin duda este será un siglo definido por el surgimiento de China, los Juegos Olímpicos son la medida de la relación de China con el mundo, el perfil demográfico de Europa y los Estados Unidos se seguirá transformando por la migración, en el caso de Europa habrá más Islam, a lo mejor un híbrido, en el caso de los Estados Unidos más español.
El libre comercio que ha definido las últimas décadas del siglo XX parece que no será tan expansivo en el siglo XXI y es que las voces que piden la protección del estado nación se hacen cada vez más fuertes, el surgimiento de China e India cambian el balance y por supuesto hacen surgir los sentimientos proteccionistas de occidente.
La lucha por los recursos volverá a determinar las relaciones internacionales y las dinámicas internas de los países y es que ya vemos la escasez de alimentos y de agua, las consecuencias serán dramáticas. El cambio climático contribuirá a la reconfiguración de la repartición de los recursos y las migraciones, eso ya se puede ver, aunque no la magnitud de las consecuencias sociales. A diferencia del siglo XX en donde las luchas fueron definidas por la ideología en el XXI como ya se ha escrito los más probable es que las luchas sean religiosas, Bush será recordado como la mano que atizó el fuego, claro que hay que esperar a que prevalezca el entendimiento. Pase lo que pase la innovación tecnológica será la fuerza que transforme para bien y para a mal a la sociedad humana. Aunque no pude evitar tratar de vislumbrar este siglo que comienza a base de generalizaciones e ingenuidad, la tarea de profeta siempre resulta fútil, no puedo dejar de sentir que el mundo anda raro y que se van perfilando las corrientes que definirán este siglo, son corrientes subterráneas que nadie ha visto y otras que se encuentran a la vista de todos, como un pequeño río del que todavía no se advierte el potencial de su caudal. Espero leer este post en unos veinte años y reírme de mi ingenuidad.

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