En algún punto entre Inglaterra y Francia el tema de la elección me alcanzó en mitad de mis vacaciones. La extraña solidaridad que nace cuando los mexicanos se encuentran en tierras extranjeras se eclipsó un poco cuando salió a flote el tema político y el presunto fraude/ no fraude. La discusión caldeó los ánimos entre los tres mexicanos que a las 2 de las mañana cruzábamos el Canal de la Mancha mientras los brasileños, franceses e ingleses levantaban la cejas y nos veían divertidos mientras discutíamos el tema que hoy ocupa a nuestro país.
El mundo observa con cierta indiferencia lo que ocurre en México tienen mucha prisa por generar una respuesta frente a problemas más urgentes.
En Londres por ejemplo se percibe a una sociedad cosmopolita, no exenta de atisbos de racismo y de dificultades en la convivencia diaria. El tema que ocupa al Reino Unido es: cómo mantener su posicionamiento en el ámbito de los servicios financieros mientras contrarresta los efectos adversos que tiene el surgimiento de la India y China en el ámbito de los trabajos que requieren un uso intensivo de mano de obra.
En Francia por ejemplo hay discusiones intensas con respecto a las reformas en materia laboral que son necesarias para mantener la competitividad. El debate de Francia es como mantener su dinámica económica de pequeños negocios frente a una creciente globalización que al parecer no es compatible con los beneficios sociales que han logrado a partir de la década del 50.
De Inglaterra sorprende el dinamismo de su capital que hace eco del gran poder que alguna vez tuvo el Reino Unido en donde mediante el colonialismo confluían en la ciudad egipcios, brahmanes de la India, africanos y colonizadores neozelandeses lo mismo que irlandeses. A todos ellos ahora se suman pudientes jeques árabes lo mismo que intelectuales latinoamericanos junto con todo tipo de migrantes en búsqueda del sueño inglés.
La región que más me sorprendió y que visité más extensamente fue la Bretaña francesa en donde tienen una ascendrada identidad que se remonta principios del milenio pasado.
Los bretones mantienen una posición muy conservadora y poco competitiva en cuanto a los negocios, sin embargo, esto se ve compensado por la gran infraestructura como carreteras y comunicaciones, sumado a un sistema legal muy consolidado. Aunque los bretones como los franceses trabajan solamente 35 horas a la semana y tienen un seguro de desempleo parecen ser más competitivos que los mexicanos que trabajamos casi el doble de horas a la semana. Sucede que la certidumbre legal junto con la infraestructura y políticas claras del gobierno mantienen a Francia en un buen nivel económico.
Mientras esto sucede en Europa la discusión principal de nuestro se encuentra lejos de centrarse en la respuesta de México frente a los retos de la globalización y la indispensable aplicación de las leyes. El reloj de arena de México se sigue vaciando mientras los sueños caudillistas eclipsan a los mexicanos que trabajan todos los días para dar una mejor vida a sus familias.
9/15/2006
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1 comment:
Me gsuta lo que piensas.
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